FRANCISCA DOMINGUEZ
martes, 22 de junio de 2010
WILL COTTON
Me lleva a soñar a mil situaciones azucaradas.
miércoles, 16 de junio de 2010
jueves, 20 de mayo de 2010
miércoles, 19 de mayo de 2010
NO PUEDO DORMIR
martes, 18 de mayo de 2010
SERIE FARÁNDULA DE CHICLE, BARATIJA.
¿Qué dorado? El nuevo oro es el amarillo
la plata: el plástico.
lunes, 17 de mayo de 2010
domingo, 16 de mayo de 2010
PROYECTO EN CONSTRUCCIÓN: LA YALLITA DE LA CASA
2010.
DISMAYLAND
EL DOLOR ESQUISITO DE SOPHIE CALLE
Fotógrafa, narradora, detective, espía de su vida, la totalidad de su obra se ha caracterizado por narrar pequeños episodios de su vida cotidiana convertidos en curiosas obras de arte: fotografías gigantescas con largos epígrafes narrativos donde cuenta experiencias en las que es invariablemente protagonista.
Ya desde sus primeros trabajos en los años 70 Sophie Calle alcanzó renombre internacional. Es reconocida por sus creaciones, que son precisas exploraciones de las relaciones humanas que la han llevado, por ejemplo, a seguir a un extraño por las calles de Venecia y documentar cada uno de sus movimientos. En otra de sus insólitas ideas, buscó trabajo como mucama de hotel con el único objetivo de fotografiar las pertenencias de los huéspedes. Sólo dos perlas de su obra monumental.
Entre otros múltiples y prestigiosos espacios, la obra de Calle ha sido exhibida en el Instituto de Arte Contemporáneo de Boston y en el Museo de Arte Moderno de la Ville de París. Como si esto fuera poco, el año pasado fue honrada con una retrospectiva de sus deliciosas rarezas en el Centro Pompidou. En otro tipo de homenaje, el escritor estadounidense Paul Auster tomó su obra y su forma artística de experimentar con la vida para crear el personaje de María, en su novela Leviatán. Actualmente, en la Paul Cooper Gallery de Nueva York, expones su última creación: Exquisite Pain (Dolor exquisito).
"En 1984 gané una beca para ir a Japón durante tres meses. Partí de París el 25 de octubre, sin saber que esa fecha marcaba el comienzo de 92 días de cuenta regresiva hacia el final de una historia de amor, nada fuera de lo común, pero en ese entonces lo viví como el día más infeliz de toda mi vida". Así narra Sophie Calle el móvil real que dio pie veinte años después a una muestra tan vital como conmovedora. Al regresar a Francia, cuando la gente le preguntaba cómo le había ido en el viaje, ella salteaba clamorosamente su viaje a Japón y sólo contaba el sufrimiento del abandono.
Así fue que decidió embarcarse en una suerte de investigación entre sus amigos, preguntándoles cuál había sido el momento en el que más habían sufrido. Calle indagó sistemáticamente hasta relativizar su dolor comparándolo con el de otras personas. El método fue radicalmente efectivo, ya que a los tres meses dejó de sufrir, al menos por ese abandono. El exorcismo había funcionado. En ese momento, temiendo una recaída, decidió no usar la experiencia artísticamente y la dejó en un rincón durante todos estos años.
Dolor exquisito es una amplia muestra en dos partes. La primera narra el viaje previo a la catástrofe e incluye fotografías suyas acompañadas por un diario de 92 días relatados como una cuenta regresiva hacia su desesperación. Cada fotografía cuenta con un número que indica el tiempo que falta hasta que lleguen los que ella llama "días de la infelicidad". La segunda parte de la vuelve sobre la experiencia de abandono de la artista contada desde diferentes ángulos y suma la recolección de otras experiencias de corazones rotos.
Cada historia está contada en paneles metálicos envueltos en seda. Calle presenta 21 dípticos con una versión de su baqueteado sufrimiento (es la parte que corresponde a la seda gris) y, por otro lado, narra una historia anónima de dolor (constituye la parte de seda blanca). Sobre cada paño de seda gris se expone una fotografía que ilustra un momento de la memoria que vuelve a contarse. En el caso de su historia repite la misma fotografía: un teléfono rojo en la habitación de un hotel, teléfono con el cual se enteró de que su historia de amor había llegado a su fin. En las partes anónimas se vuelve sobre el tema del encuentro y del desencuentro con relatos de 20 personas sin nombre que prestaron sus penas. "
domingo, 2 de mayo de 2010
ANAMORFOSIS
miércoles, 28 de abril de 2010
TE CREIS LA MÁS LINDA.............
lunes, 26 de abril de 2010
martes, 20 de abril de 2010
JUAN DOWNEY: EL OJO PENSANTE
Al entrar al salón en donde Juan Downey expone en la sala de arte de la Fundación Telefónica, podemos notar que se expande al tener dibujos, instalaciones, videos y pinturas. Es ahí en donde podemos notar la primera instancia del artista; el llevar su mensaje y significado en varios materiales y formas de representar lo que desea. Logro notar su ímpetu por recalcar el uso de la tecnología como medio de obra. A través de éstas se puede ver una mescla en lo que es el pensar humano con la maquinaria, y como éstos se fusionan metafóricamente a través del tiempo; para bien o para mal. Aún asi, Downey logra hacer que el receptor forme parte de sus obras, haciéndolas interactivas y tridimensionales. Es necesario recalcar el tiempo en el que fueron creadas estas obras. Downey es clasificado como uno de los precursores del videoarte, innovando el uso que tenía la tecnología un par de décadas atrás, dándole un nuevo énfasis a la función de crear redes que tiene cada máquina. Podemos ver como el artista lleva todo lo que es su esencia latinoamericana natural trasladada a la gran manzana en Estados Unidos, creando una línea de tiempo con su trabajo junto a sus obras. Podemos decir que su trayectoria es una gran obra. Sus obras transmiten energía y dinamismo, separándolas totalmente una de otras tan solo por el formato en el que fueron creadas. Los tres temas fundamentales que encontramos en las obras de Downey son el hombre, la naturaleza y la tecnología, en donde se ligan formando una trinidad de dependencias y quiebres. Por ejemplo, el hombre siempre estará conectado con la naturaleza, pero aún así la tecnología aparece como una gran máquina que irrumpe ese lazo para que el hombre forme esta doble dependencia.
Entre los varios formatos que encontramos, el video es el primero en llamarte. Es indispensable recalcar que lo que hace Downey con el video era una completa innovación al momento de mostrarse. El artista nos enseña una nueva visión de este formato, mostrándonos planos y enfoques espaciales totalmente nuevos en su época. Intenta hacer sentir parte al receptor de lo vivido, mostrando tan solo detalles; intentando llevar al observador dentro de la tecnología (video) para presenciar lugares naturales o experiencias humanas. En síntesis, logra grabar un lugar y representarlo de tal manera, como si uno mismo estuviera ahí. Sus experimentos visuales muestran el poder que tiene la tecnología o medio masivo de comunicar inmediatamente, haciendo llegar el mensaje de una manera directa.
Logro ver en esta amplia exposición, el concepto que tiene Downey frente al futuro en su época de creación. Es necesario llevarlo a sus años para poder entenderlo a él y sus obras. Para él, era necesario mostrar a través de un medio masivo, lo que sucedía en su tierra, no social ni económicamente, sino su propia riqueza cultural que a él como emigrante le inquietaba. Su falta de identidad o la constante búsqueda de ella, es una marca en sus obras. Lo podemos ver en su necesidad de grabar distintas culturas y presentarlas entre ellas, generando redes; usando la tecnología como el medio de crear estas redes.
SEBASTIÁN MAQUIEIRA: RESONANCIAS
Al momento de ver las obras de esta exposición, cuesta un poco encontrarle el sentido que tiene detrás, ya que son obras contienen mucha plasticidad en su función. Son una serie de cuadros, todos con un fondo liso y una figura de gran tamaño formada por otras pequeñas figuras. Ya al momento de pasear un tiempo alrededor de las obras, logro intentar vincular las obras entre sí para encontrar algún referente en común que pueda hacerme llegar detrás del artista; o por lo menos que intenta decir con lo que muestra. Es un trabajo con mucha técnica y detalle dentro de lo que se puede considerar lo urbano. Detrás de la simpleza de sus obras veo un trasfondo, lo que el artista intenta decir. Cuesta mucho entrar a estas obras por su simpleza, por su falta de trazo o noción del paso del tiempo a través de la obra. Es casi un copy – paste muy claro, conciso y práctico dentro del formato.
Entrando al tema detrás de las obras, al unirlas veo una palabra: sutileza; ya que las figuras que aparecen en las obras son cotidianas y del subconsciente, por ende el cerebro humano no las puede enfatizar y llevar a un concepto claro de primera instancia. Al momento de mirar y observar un tiempo el conjunto, notas cierto enfoque en lo que se intenta decir, debajo de la primera capa. En donde notas los primeros signos de sentido del conjunto de obras, es en los títulos de cada una. “Cruz Roja”, “Trampa de Tiempo” y “Muro Natural (Inestable)” son palabras que nos llevan a un cierto tiempo-espacio, en donde nos cuenta a través de pequeños dibujos, una tendencia a criticar lo que sucede entre nosotros como sociedad en el hoy en día. La mescla de lo natural con la maquinaria y el ocio humano en forma repetitiva.
Lo que logro entender del pensar del artista, es que quiere que el receptor saque sus propias conclusiones de lo que ve, en donde él mismo te da las herramientas para interpretar, pero aún así debes hacerlo tú mismo. A través de una gran obra, el receptor la desfragmenta pedazo por pedazo para así intentar descubrir alguna pista de lo que sucede. Al momento de quedarse en una obra, esta sobresale en detalles y palabras, escapando del material de manera vibrante, es ahí en donde creo que va el nombre de la exposición “Resonancia”. El autor intenta hacer que el receptor observe la imagen en búsqueda de significado, es ahí en donde ésta sobresale resonando en la cabeza del observador, resonando sensaciones, líneas y formas.
Sus obras no hablan, se mueven en un dinamismo técnico en donde al insertarse en éste logras descifrarlo.